Una dieta rica en frutos secos, cereales integrales, frutas, verduras y pescado está fuertemente asociada con una reducción de la mortalidad. Mientras los frutos secos y los cereales integrales alargan la vida, demasiada carne roja (también la procesada) y las bebidas azucaradas la acortan. Es el resultado de un estudio basado en 41 revisiones sistemáticas y metaanálisis que involucraron a más de un millón de personas , en el que también participaron investigadores de la Universidad de Bolonia. El trabajo, publicado en la revista Advances in Nutrition, examinó el impacto de 14 grupos de alimentos en el riesgo de mortalidad por cualquier causa: granos (integrales y refinados), frutas, verduras, frutos secos, legumbres, pescado y productos derivados del pescado, huevos, leche y productos lácteos, carne y productos cárnicos (incluida la carne roja y blanca, procesada y sin procesar), bebidas azucaradas y azúcares añadidos.
Acción protectora
Una dieta muy rica en frutos secos, cereales integrales, frutas, verduras y pescado está fuertemente asociada con una reducción de la mortalidad por todas las causas: por lo tanto, estos grupos de alimentos (en particular los frutos secos y los cereales integrales) desempeñan un papel protector en la salud general y la longevidad. Aunque en menor medida, también existe una relación entre el consumo elevado de legumbres y carnes blancas y un menor riesgo de muerte. Por el contrario, el consumo frecuente de carnes rojas y procesadas y de bebidas azucaradas se correlaciona con un aumento de la mortalidad. Estos alimentos deben limitarse tanto como sea posible si se desea vivir mucho tiempo. Se encontró que un alto consumo de azúcares añadidos, granos refinados y huevos estaba significativamente asociado con un aumento de la mortalidad, aunque en un grado menos significativo. Finalmente, respecto a los productos lácteos, no se encontró asociación con la esperanza de vida, ni positiva ni negativa.
Nutrientes esenciales
"Nuestros hallazgos confirman los beneficios de longevidad asociados con un mayor consumo de frutos secos, cereales integrales, frutas, verduras y pescado, todos ellos claramente asociados con menores tasas de mortalidad", explican los investigadores. "Estos alimentos son generalmente ricos en nutrientes cruciales, incluidas vitaminas, minerales, fibra dietética y grasas saludables, que son esenciales para minimizar la inflamación, mejorar la salud metabólica y prevenir enfermedades no transmisibles como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2 y el cáncer". Los alimentos pro-longevidad contienen antioxidantes y sustancias bioactivas que ayudan a reducir el estrés oxidativo, ayudando a mejorar la función inmune y la función endotelial (el endotelio es el tejido que recubre el interior de las paredes del corazón, los vasos sanguíneos y los vasos linfáticos, formando una barrera hacia el exterior).
Grasas saturadas y azúcares
Por el contrario, un mayor consumo de carne procesada, carne roja sin procesar y bebidas azucaradas se asocia con un mayor riesgo de mortalidad. Tanto los altos niveles de grasas saturadas presentes en las carnes rojas (y procesadas) como los altos niveles de azúcares libres están asociados con la inflamación, la resistencia a la insulina y el estrés oxidativo. La inflamación crónica y el estrés oxidativo son procesos bien conocidos que promueven la aparición de enfermedades cardiovasculares, cáncer y otras patologías. Este nuevo estudio confirma que la dieta juega un papel fundamental en el desarrollo de muchas enfermedades no transmisibles, responsables de aproximadamente dos tercios de todas las muertes a nivel mundial (más del 66%), siendo la cardiopatía isquémica (insuficiente aporte de sangre y oxígeno al músculo cardíaco) la principal causa de muerte.
Prevención de enfermedades
La relación entre nutrición y longevidad está mediada por diversos factores metabólicos y cardiovasculares que deben tenerse en cuenta; hipertensión, hiperglucemia, un perfil lipídico anormal y un índice de masa corporal elevado. "Dado que los patrones alimentarios subóptimos son factores de riesgo prevenibles de enfermedades crónicas no transmisibles, es crucial comprender cómo los diferentes grupos de alimentos se asocian a la mortalidad", subrayan los investigadores. Este estudio pone de relieve cómo la dieta desempeña un papel fundamental en la prevención de enfermedades como la hipertensión, la diabetes y los problemas cardiovasculares. Según los investigadores: "Los resultados aportan información importante para la elaboración de directrices y medidas de salud pública. Es necesario realizar más trabajos que exploren las diferencias dentro de los subgrupos de alimentos. Estos esfuerzos podrían aclarar si ciertas frutas, verduras, carnes o cereales son más o menos beneficiosos y cómo ciertos factores (métodos de preparación, contexto dietético e influencias culturales) contribuyen a los resultados de salud".
