Aceites portadores

Publicado el 14 de diciembre de 2024, 9:00

Para uso tópico, los aceites esenciales se diluyen en aceites portadores, de esta manera su aplicación es más segura ya que, al ser extremadamente concentrados, pueden causar alguna reacción adversa, sobre todo, en pieles sensibles. Estos "portadores" pueden ser desde aceites vegetales, cremas y ungüentos, hasta arcillas y geles. Sin embargo, pensar que la única función de los aceites portadores es "trasladar" aceites esenciales a la piel, subestimaría su potencial terapéutico porque muchos aceites portadores tienen propiedades terapéuticas en sí mismos.

Los "portadores" principales utilizados para masajes son los aceites fijos. Se denominan de esta manera porque no se evaporan como sí lo hacen los aceites esenciales, por ser volátiles al contacto con el aire. Los aceites fijos no tienen aromas fuertes que se puedan asociar con aceites esenciales y se les conocen como "aceites de base" porque forman la base para los aceites esenciales cuando se está creando una nueva combinación. Se utilizan para realizar masajes porque permiten un nivel correcto de lubricación para un masaje efectivo y una distribución pareja sobre la piel. Desafortunadamente, la penetración en la piel de estos aceites es limitada por el gran tamaño de sus moléculas pero, generalmente, son fáciles de usar.

Los aceites fijos utilizados en aromaterapia son “aceites vegetales”, que en su mayoría se extraen de nueces y semillas. Contienen vitaminas, minerales, triacilgliceroles, fitoesteroles y ácidos grasos, entre otros. Como resultado, cada aceite vegetal tiene propiedades terapéuticas únicas. Los aceites vegetales ayudan a mantener la humedad en las capas más superficiales de la piel y permiten a los aceites esenciales entrar en contacto con la piel sin vaporizarse rápidamente. Algunos de los elementos más pequeños de los aceites vegetales, como las vitaminas, también pueden ser absorbidas por las capas más superficiales de la piel.

Los aceites vegetales podrían dividirse en tres categorías específicas:

Aceites fijos base: pueden utilizarse sin diluir en otros aceites fijos, es decir, corresponden al 100% del portador y son aceites como el de almendra, semilla de melocotón, semilla de albaricoque y otros aceites de color claro, no muy viscosos o costosos y con poco aroma.

Aceites fijos especiales: estos aceites se diluyen en uno o más aceites fijos básicos, son de un color más oscuro y su aroma es más fuerte. Son más viscosos y más costosos. Algunos ejemplos son: aguacate, jojoba o germen de trigo.

Aceites macerados: se utilizan diluidos en otros aceites fijos por su color y su alto costo, aunque también pueden aplicarse sin dilución en situaciones específicas. Algunos ejemplos de estos aceites serían la hierba de San Juan y la caléndula.

En cualquier caso, todos estos aceites comparten propiedades hidratantes, antiinflamatorias, antioxidantes, reparadoras, antibacterianas y/o equilibrantes. Aunque estas propiedades varían según la composición del aceite. Además, sus múltiples posibilidades y aplicaciones los convierten en una herramienta esencial en el mundo de la cosmética, la salud y el bienestar.

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